Vente Chacao

Por el desarrollo

¿Y AHORA QUÉ …?

 No es una pregunta... 
Es el comienzo de los enunciados de los próximos movimientos que debemos hacer para salir del régimen. 
Después del espurio juramento de Maduro, ahora que se demostró la ilegalidad de todos y cada uno de los poderes públicos actuales, ahora que no existe ninguna institucionalidad, ahora que solo tres dictadores de la peor calaña se consideran de la misma especie que el nuestro, ahora que no hubo ninguna represión el 9 de enero, ahora que no se atrevieron a poner presa a María Corina a pesar de que la tenían capturada, y tuvieron que soltarla, ahora, sí, ahora es que comienza una nueva fase de nuestra ya larga y heroica lucha.

Ahora prosigue la decantación de quiénes realmente son demócratas y aspiran a una Venezuela libre, o quieren funcionar solamente por oscuros intereses , o por su cobardía tradicional.

Ahora se desnudan las verdades sobre las conductas de políticos, empresarios, funcionarios y militares.

Ahora se evidencia la calidad moral y ética de los miembros de las instituciones civiles: academias, colegios profesionales, universidades, cámaras empresariales y sus organismos rectores como Fedecámaras, sindicatos y fundaciones y organizaciones no gubernamentales, para decidir ser colaboracionistas o libertadores.

Ahora quedan retratados funcionarios públicos, militares y policiales cómo esbirros o libertadores.

Ahora quedan retratados los políticos como colaboracionistas o libertadores.

 Ahora quedan las iglesias y sus pastores teniendo que decir entre la sumisión o la verdad.

 Ahora les toca a los empresarios decidir si van a pelear por sus intereses o no seguir enterrando la cabeza en la arena como los avestruces y arruinándose poco a poco.

Lo ocurrido el 10 de enero no ha sido más que el amalgamar la voluntad de los venezolanos para salir del régimen, mediante el deslastramiento de colaboracionistas y traidores, o de pusilánimes y cobardes.

Ahora es cuando se prepara la confrontación final.

 Y el quehacer es sencillo: 
Así como cada familia venezolana tiene un familiar próximo en el extranjero, así cada institución civil tiene un preso político, al cual hay que defender. 
Y la defensa no puede ser más que la exigencia permanente por los medios de comunicación y las redes que evidencien a quienes están en desaparición forzosa, de la inocencia de los que están acusados, y la violación de derechos humanos individual de cada uno de ellos.

Cada ONG, cada cámara empresarial y sus cúpulas, cada comunidad o parroquia pastoral o eclesiástica, cada urbanización, sector o barrio, cada Comandito, cada partido político debe denunciar en las redes, en reuniones y debates los atropellos a sus instituciones y a sus personas diariamente. 
En cuanto a las grandes instituciones rectoras representantes de la sociedad, tales como las academias, los gremios profesionales y sindicatos, las universidades, deben publicar comunicados razonados sobre por qué rechazar la juramentación espuria de Maduro.

 Ese es el camino de mostrar que la nación entera está en contra del grupúsculo de criminales en el poder.

 Esa debe ser la conducta y eso será lo que muchos haremos, la protesta pública por las redes, o por los mecanismos que vayamos desarrollando, para manifestar la inconformidad con lo ocurrido y mantener la llama de la esperanza de libertad ardiendo. 
¿Y por qué? 
Porque estamos seguros que bajo la conducción de María Corina y Edmundo Gonzalez pronto seremos libres, y decidimos acompañarla HASTA EL FINAL.