RECOBRAR LA VERGÜENZA PROFESIONAL.
Rafael García Planchart
Meditando sobre lo acontecido a una
prestigiosa profesional del derecho, doctora,
llena de todas las credenciales y de los títulos.

RECOBRAR LA VERGÜENZA PROFESIONAL
Rafael García Planchart medita sobre lo acontecido a una prestigiosa profesional del derecho, doctora, llena de todas las credenciales y de los títulos, de la inteligencia, el conocimiento y la capacidad, a quién le fue retirado el derecho a ejercer su profesión por otros abogados mucho menos capaces, mucho menos cultos, sin ninguna argumentación y simplemente en el acto más burdo de denegación de justicia que juez alguno pueda formular.
Y ¿dónde están los demás abogados? ¿Dónde están los líderes de los Colegios profesionales de abogados y de jueces? ¿Dónde está la Academia y los Decanos de la facultad de derecho? ¿Dónde está la inmensa mayoría de los abogados, que trabajan en la profesión o no, denunciando la aberración máxima que ha ocurrido? Hasta dónde se han desensibilizado y enlodado, ¿y cómo son incapaces de responder a un ataque a la profesión? ¿Cómo quieren después que se respete el derecho, se respeten los jueces, se respeten las decisiones de los tribunales, y se respeten a los abogados? A los jueces positivistas alemanes que escribieron el derecho nazi anti judío se les siguió un juicio internacional en Nuremberg, después de la Segunda Guerra Mundial, y fueron duramente castigados Algunos abogados cómplices de estos jueces posteriormente también se les juzgó y se les castigó.
Hay más de 200,000 abogados en Venezuela.
Es la profesión que más existe y, sin embargo, el país donde hay menos justicia.
Dentro de las cosas nuevas que habrá que hacer, la pregunta de salida de este régimen será revisar profundamente la formación profesional del abogado venezolano, el cual haya podido producir figuras tan retorcidas y aberrantes como los equipos de fiscales, jueces y defensores de presos públicos que condenan a niños por terrorismo.
Sí, como afirman algunos antropólogos modernos, la tragedia venezolana ha traído en una mayoría la construcción de un pueblo más consciente, más conocedor de sus derechos, más resiliente, más esperanzado y más activo como evolución.
Por el sufrimiento producto del engaño y la manipulación, sobre todo de los medios de comunicación, ese mismo sufrimiento ha producido la involución de dos grandes grupos profesionales: los abogados y los militares.
Se paralizan ante la injusticia, se corrompen ante la justicia, se ciegan ante la verdad, se arrodillan ante la jerarquía, y responden de una manera totalmente opuesta a lo que sus valores y principios obligan.
¿Cómo se pudo degenerar la enseñanza de profesiones que tienen tantos años de creadas y practicadas? ¿Quiénes fueron los profesionales y profesores de esa generación anterior que los llevaron a actuar de esa manera? ¿Qué doctrina maléfica le permite justificar su actuación profesional? ¿Y qué enorme vacío moral existe en la inmensa mayoría de esos profesionales que no hacen el claro y abierto repudio a esa situación? Esa situación lo que demuestra es la necesidad de repensar profundamente cuál es el tipo de educación que se debe dar, cuál es el prototipo de profesional al que se debe aspirar para inspirar la formación, y cuál es el castigo, la pena que debe ser impuesto a quienes violen la ética profesional, y crear los organismos para lograrlo.
Que me disculpen aquellas personas dignas que son abogados o militares, de los cuales tengo muchos amigos a quienes quiero admirar y respetar, pero me impresiona ese silencio profesional de los abogados, pues los militares en retiro mantienen formalmente la protesta contra el régimen.
Sentarse sobre las bayonetas no es posible.
Sentarse sobre el regazo de los abogados, por lo visto, es la mejor forma de mantener al régimen.
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Quiénes son los principales soportes del régimen, ¿los militares o los abogados? Para mí está claro.
Y ninguno de los dos, por derecho internacional, podrá alegar que recibían órdenes superiores.
Eso también se acabó en Nuremberg. Pero ya se acabará pronto, porque vamos HASTA EL FINAL
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